Hablemos del Futuro Inmobiliario
Una cosa es querer predecir el futuro, y otra muy diferente la de observar el mundo que nos rodea y trazar posibles caminos sobre las cuales podamos establecer prácticas concretas en nuestro presente para tratar de caminar lo más firmes posible. Después de todo, lo único que podemos hacer es apostarle a las posibilidades y prepararnos para esos futuros.
¿La economía del futuro inmobiliario?
Sin duda alguna el mundo está cambiando. La depreciación del peso frente al dólar definitivamente es un reto para el futuro inmobiliario. De acuerdo a la revista Forbes,
“el tipo de cambio podría ser uno de los factores que el mercado inmobiliario más tarde en asimilar durante los próximos meses, ya que la volatilidad cambiaria continuará a lo largo de 2016”
En paralelo con las diferentes actividades políticas y económicas de nuestro país, es necesario considerar también que el problema de la seguridad en muchas ciudades de la República Mexicana ha traído preocupaciones muy significativas: por una parte, las dificultades que pueden experimentar los propietarios para poner en renta o venta sus inmuebles y, por el otro, una reticencia creciente, o un desaceleramiento, por realizar inversiones para el desarrollo inmobiliario.
¿La cultura del futuro inmobiliario?
Un segundo aspecto a considerar en cuanto al futuro inmobiliario, y que debemos poder observar en el largo plazo, tiene que ver con el desarrollo cultural del sector joven de la población mexicana. Aunque no podemos generalizar el problema de la generación milenial en México (simplemente porque México es un país muy diverso), podemos atrevernos a pensar que las prácticas actuales de esta generación y posteriores estarán transformando, lenta, pero drásticamente, las dinámicas sociales actuales: la familia, la educación, el trabajo, las formas de planeación, etc; ellas apuntan posiblemente hacia una sociedad con hábitos de consumo y de vivienda totalmente distintos a los de aquellos nacidos antes de la década de los 80. Si antes adquirir una propiedad en poco tiempo era símbolo de progreso, estabilidad, crecimiento y madurez (por mencionar algunos), para estas nuevas generaciones podría significar estancamiento y/o pérdida de oportunidades – ¿qué opinas al respecto?
Las manifestaciones económicas y culturales apuntan, sin querer afirmar que así va ser, a una transformación radical de las dinámicas inmobiliarias. Y bajo tales observaciones (y muchas otras sobre las cuales estaremos escribiendo), debemos reconocer que somos las empresas, como los propietarios de inmuebles, y así como todo agente vinculado a este sector, los que debemos transformar nuestras miradas y comenzar a construir para posibles futuros.
Fecha de Publicación: miércoles, 7 de septiembre de 2016
