Como ya mencionamos en la primera parte de este artículo, una cosa es pretender que uno puede predecir el futuro, y otra muy (¡muy!) diferente tiene que ver con el hecho de observar hacia dónde y de qué manera se están moviendo las tendencias actuales.
Si ya exploramos, muy a vuelo de pájaro, tanto el aspecto económico como sociocultural de estas tendencias, existe uno tercero que bien podemos vincular con las nuevas prácticas y dinámicas sociales y culturales en nuestro país: el tecnológico, una variable alarmante (quizá) que tanto profesionales inmobiliarios, propietarios y afines, deben de considerar a la hora de gestionar y administrar su trabajo. No podemos esperar a que el desarrollo tecnológico se detenga para que nosotros cambiemos – ¡es imposible!
Las formas de búsqueda del futuro inmobiliario
Poco tiempo ha pasado desde los días de aquel gran libro amarillo donde podíamos consultar información sobre prácticamente casi cualquier tipo de producto o servicio. El problema, sin embargo, era buscarlo y creer ciegamente en las respuestas que podíamos obtener sin poder siquiera cotejar amplia y profundamente nuestras opciones… Eso ha cambiado.
Nuestras prácticas de búsqueda de información han cambiado, y con ello la manera en la que tomamos nuestras decisiones. Nunca ha sido tan barato y tan rápido buscar, evaluar, cotejar y evaluar entre nuestras opciones como lo es hoy en día. Y en ese sentido, se ha experimentado no sólo un incremento en la competitividad, sino una dificultad por empresas, agentes y/o propietarios pequeños por destacar y posibilitar la venta de sus servicios o propiedades, o bien, a la inversa – aunque con mayor dificultad (Quizá te interese leer algunos consejos de uso del internet)
Las formas de vida
Aunado a los cambios tecnológicos y sociales, podemos observar una tendencia orientada a profundas transformaciones en las formas de vida en el mundo. Tomemos el caso de Japón, por ejemplo. De acuerdo a un artículo publicado en Animal Político,
“Japón se enfrenta desde hace más de dos décadas a un doble problema: el envejecimiento de su población y el bajo índice de nacimientos (1.41 en 2012, uno de los más bajos del mundo)”
Si bien cada país se enfrenta ante circunstancias completamente distintas, es un hecho que estamos viviendo en un mundo que cada vez está teniendo menos hijos y, por otro lado, en un mundo donde la población mayor a los 65 años es cada vez más abundante.
Razones culturales, religiosas, políticas, económicas y de muy diversa índole entran en juego, y no son elementos que aquí podamos discutir – aunque nos gustaría mucho que tú lo hicieras.
Lo que importa realmente es lo que esto podría significar en los próximos 50 años: ¿comenzaremos a desarrollar complejos inmobiliarios diferentes?, ¿se transformarán las formas contractuales entre propietarios y arrendadores/compradores?, ¿experimentará el mundo inmobiliario mexicano una crisis importante como la que ya hubo en 2008 en Estados Unidos?
Y tú, ¿qué opinas al respecto?
Fecha de Publicación: jueves, 10 de noviembre de 2016
